El Gobierno de México aplaudió este viernes la liberación del exmandatario de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva tras más de un año y medio encarcelado por dos condenas por corrupción.
“Nos alegramos de la decisión de la justicia brasileña que este viernes determinó la libertad del expresidente Lula tras el fallo adoptado por el Tribunal Supremo de Brasil”, indicó el subsecretario del Ministerio de Exteriores para América Latina y el Caribe mexicano, Maximiliano Reyes, a través de su cuenta de Twitter.
Nos alegramos de la decisión de la justicia brasileña que hoy determinó la libertad del ex presidente @LulaOficial, tras el fallo adoptado por el Tribunal Supremo de Brasil. #Justicia #Derecho #VientosNuevos pic.twitter.com/QqE5mD4T6c
— Maximiliano Reyes Zúñiga (@maximilianoreyz) November 8, 2019
ESPERAR EN LIBERTAD SENTENCIA FIRME
Lula ha salido de prisión conforme a un reciente fallo del Tribunal Supremo (STF) que le permite esperar en libertad una sentencia firme de ambos procesos.
El STF decidió el jueves, por seis votos a favor y cinco en contra, revocar la ley que establece que los convictos comienzan a cumplir sus sentencias después de perder su primera apelación y, en cambio, que se les permita agotar el largo proceso de apelaciones antes de entrar en prisión.
Según el Consejo Nacional de Justicia (CNJ), el fallo afecta a cerca de 4 mil 800 presos, incluidos los principales condenados por la investigación de corrupción más grande de la historia brasileña, la conocida como operación ‘Lava Jato’.
La excarcelación de Lula no significa que haya sido exonerado, sino que esperará en libertad a agotar las vías de recurso en las dos condenas que ha recibido hasta la fecha y que podrían aumentar, ya que tiene ha sido imputado en otros cinco casos derivados de ‘Lava Jato’ y tiene tres denuncias pendientes.
La condena
Lula fue condenado en julio de 2017 a nueve años y medio de cárcel por aceptar un tríplex de lujo como pago a los favores políticos que hizo a la constructora OAS. Posteriormente, la pena se cambió, primero a doce años y un mes y finalmente a ocho años y diez meses.
El pasado mes de febrero, el antiguo dirigente sindical recibió una segunda condena por corrupción. Esta vez, a doce años y once meses de cárcel por las reformas que las constructoras OAS y Odebrecht hicieron en una propiedad rural atribuida a Lula en Atibaia, Sao Paulo, también como pago a sus favores políticos.